David Fdez Montero

David Fdez Montero
Cressi-sub España

viernes, 28 de diciembre de 2012

Despidiendo el 2012...


Como cada año cuando se acercan estas fechas, el que más y el que menos, hace examen de conciencia y analiza en muchos aspectos lo que ha dado de sí el año.
Este tipo de reflexiones se suelen tener a determinadas edades ya que recuerdo que cuando era más chaval (de eso no hace mucho, que conste!!!) no me preocupaban lo más mínimo dichas sandeces, pues para mí no eran más que eso y todo se reducía a vivir despreocupadamente….bendita ignorancia!!!
Ahora pienso en esos años con cierta nostalgia, aquellos veranos interminables que daba tiempo a todo e incluso a aburrirse, esas vacaciones de navidad que parecían eternas….no imagináis la de veces que deseé que pasaran volando hasta llegar ese “fatídico” 6 de Enero; lo cual era un tanto absurdo pues con la llegada de los regalos de Reyes Magos aparecía esa extraña sensación, que hoy conozco como ansiedad, porque lo bueno llegaba a su fin.
En realidad si nos parásemos un momento nos daríamos cuenta que esta mentalidad, propia de alguien que desconoce los verdaderos entresijos de la vida, solemos aplicarla a todo lo que rodea nuestro día a día. Ese padre que desea que su hijo crezca para sentirse un poco más liberado, ese hijo que desea crecer para ganar en libertad……un invierno frío y desapacible maldecido hasta la saciedad en pos de un soleado verano, un verano caluroso que nos castiga sin cesar con constantes subidas de temperatura mientras se dibuja, en nuestro rostro, una leve sonrisa por aquel aciago invierno……..esos nervios incontrolables, previos a cualquier examen,  que a la vuelta de no mucho tiempo terminamos añorando…… Estos son algunos ejemplos de cómo dejamos pasar la vida sin casi darnos cuenta, mi propósito para este año gira en torno a eso; simplemente me he propuesto disfrutar cada momento o más bien vivirlo, porque aún siendo malo seguro que sacaré alguna lección positiva de él, mientras que si sólo me limito a dejarlo pasar no habré saboreado nada y cuando quieras darte cuenta estarás (en el mejor de los casos) contando batallitas a tus nietos……así que para este nuevo año que empieza intentaré, como objetivo, gritar a los cuatro vientos  “CARPE DIEM” .   

La historia que os voy a narrar sucedió, un día como hoy, hace exactamente un año y a pesar de no tenerlo muy claro, hice de tripas corazón y me lancé al agua con la ilusión de una nueva jornada.
El día amaneció bastante bien, el sol atenuaba el frío “polar” que generaba el viento del norte y que obligaba a abrigarse en exceso e invitaba a seguir en el sofá de casa; finalmente, tras dudar durante un buen rato, preparé los bártulos y me mentalice para la batalla.
No tenía datos del agua así que en un primer momento preferí no alejarme mucho de casa y fui tanteando las zonas más cercanas. Al llegar al primer punto el agua no tenía un color excesivamente bueno y, ya que iba a realizar un gran esfuerzo, prefería unas aguas más limpias, pensé.
De todas formas aproveché esa primera parada para saludar a un buen amigo que, por aquel entonces, trabajaba allí. No creo que exista nada peor que dos pescadores con ganas de hablar de pesca, cosa muy frecuente entre nosotros, obteniendo como resultado casi toda la mañana empleada, que no perdida, en narrar “alguna que otra” aventura de tiempos mejores.
Cuando quise darme cuenta ya eran las tres del medio día, descartando de esta forma cualquier posible desplazamiento a no ser que quisiera llegar a mi destino para ver la puesta de sol…….me da a mí que la única posibilidad es enfrentarme a esas aguas, que más bien parecían decirme “vuelve a casa que por hoy será lo mejor”, pero decidí seguir en mis trece y volví por mis fueros. Me despedí y seguí mi ruta hasta una zona no muy lejana.
Tenía pensado visitar unas piedras que llevaba meses viendo repletas de enormes lisas con la esperanza de que los robalos, o algún otro depredador, hubiesen escogido dicho lugar para alimentarse.  Tras aparcar el coche y sacar el equipo, miro detenidamente al mar, me fijo en la serie de olas que me saludan a mi llegada al tiempo que observo el dudoso color del agua, todo invita a retirarse así que monto las cosas y saco el coche para salir pitando hacia otro pesquero……pero en ese momento algo me dice “NO, total cualquier sitio es bueno y para echar un rato este vale igual”.
Vuelvo atrás y aparco mientras me convenzo de que lo más importante es disfrutar de un día de agua, que “¿Quien sabe lo que me depararán estas condiciones tan adversas?”.
Una vez en el agua la visibilidad no parece tan mala así que me lo tomo con calma y me pongo a nadar hasta llegar al lugar elegido. La distancia a recorrer no es precisamente corta e intento algunos planeos para ver si localizo alguna pieza despistada pues tengo en mente jugármelo todo a una carta. La temperatura es bastante baja y al poco tiempo empiezo a notar los efectos del frío, por suerte una nueva bajada me deja ver que he llegado a la zona crítica.
En este tipo de situaciones hay que ser muy selectivo en los disparos pues un fallo o la captura de una pieza de menor interés, mandarán al traste cualquier posibilidad de hacerse con una buena pieza. Intento ventilar pero las gélidas temperaturas me impiden hacerlo correctamente, aún así logro hacer un buen acecho seguido de una espera aceptable….no veo nada interesante salvo las lisas y un sinfín de pequeños peces que pululan nerviosos, sin rumbo fijo, como queriendo decirme algo.
Vuelvo a bajar y estaba vez se intuye la presencia de un depredador, los peces están muy nerviosos, hasta el punto de que casi intentan meterse debajo de mí. Justo al final de mi apnea, por la espalda, aparece una gran chova (anjova) pero no muestra el más mínimo interés, a pesar de tener la opción de un tiro largo, prefiero aguantarme en pos de un pez de “más categoría”.
Esta vez me mentalizo a conciencia, debo ser muy silencioso, discreto pero sobretodo efectivo. Inicio el descenso consiguiendo que las lisas no se alteren, me deslizo por un pasillo de piedra que forman dos grandes bloques y me coloco al ras del fondo; los segundos se suceden, los peces no parecen estar nerviosos pero de pronto el tiempo se para…..todo ser vivo que por allí nadaba se pega a las piedras intentando pasar desapercibido, al momento una gran cabeza aparece en el límite de la visibilidad acercándose hacia mi posición casi mecido por la suave corriente de vaciante.
No sabe donde estoy aunque me intuye, aguanto sin pestañear para evitar delatarme, se aproxima hasta colocarse encima de mí…….momento que aprovecho para alargar el brazo buscando un tiro mortal o al menos que evite una arrancada que termine con la perdida de tan magnífica captura.
La varilla entra cuatro dedos por delante de su hocico pero no sé si termina de atravesarlo pues, a pesar del buen tiro, el animal sale disparado como un rayo sin darme opción a frenarlo. En un primer momento tira con fuerza pero se cansa rápidamente y nada a media agua sin ser capaz de alcanzar el fondo, como buenamente puedo llego hasta la boya para desenganchar el otro fusil para rematarla pero, casi por obra de magia, el animal empieza a tirar otra vez, por un momento llegué a pensar que sabía lo que estaba haciendo; finalmente logré doblegar al pez con un segundo disparo asegurando una pieza para el recuerdo.

El sol se estaba poniendo cuando llegaba a la orilla de la playa, la mar aportaba su granito de arena planchándose por completo a mi regreso como si de una alfombra roja se tratase, exhausto pensaba en lo equivocado que estaba al no querer aprovechar ese día por el simple hecho de que todo no estaba a “mi gusto”. Creo que recordando esta salida, mientras buscaba las palabras para compartir con vosotros esta aventura, fue cuando comprendí lo importante de vivir el momento, de no dejar las cosas para otro día y sobre todo de disfrutar de cada experiencia.
La única realidad es que nadie sabe lo que le deparará el futuro, entiendo por “futuro” los próximos años, los próximos meses, los días que todavía nos quedan por vivir de este 2012 y si me apuráis las últimas horas de este día pues el mañana se construye segundo a segundo del mismo modo que vosotros estáis construyendo el vuestro mientras leéis estas líneas así que amigos míos, “gracias por leerme y permitirme formar parte de vuestro tiempo”.

Disfrutad de lo que queda de año y no lo olvidéis       “CARPE DIEM”.    





Un saludo a todos y felices fiestas junto a una mejor entrada de año

sábado, 28 de julio de 2012

Regional Almería 2012, Acumulando Experiencia


Día 6 de Junio…….comienza la odisea.
    Tras cargar el coche con miles de bártulos inicio mi andadura hacia tierras almerienses. La intención es mirar zona el mayor número de días posible y en previsión de unas condiciones meteorológicas adversas, me desplazo con diez días de antelación.
    La base de operaciones la tenemos en Retamar, gracias al buen hacer de Jose (Pescapum) y su padre (Jose). Es digno de agradecer el tremendo esfuerzo realizado por ambos para facilitar mi estancia al máximo, nunca se quejaron por nada y me ofrecieron todo lo que tenían.
    El recibimiento fue inmejorable y un buen preludio de lo que sería el viaje, unas cañas con sus correspondientes tapas pusieron punto y final a este primer día.
    A la mañana siguiente comenzamos a trabajar la zona y a pesar de que el parte no nos era favorable conseguimos aprovechar bastante. El resto de días se sucedían del mismo modo, salida desde Retamar hasta Guardias Viejas donde Jesús (Bocarape) tenía la embarcación con la que nos desplazaríamos durante el reconocimiento.
    Debo añadir que del mismo modo que Jose y su padre me ayudaron sobremanera, el comportamiento de Jesús fue igualmente ejemplar. Sin la colaboración de estas personas no habría tenido opción de estar tanto tiempo y con tantas facilidades.
    Como consecuencia de una meteorología algo inestable y bastante cambiante, solo pudimos entrar al agua 5 días que aun sin ser un mal promedio me hubiese gustado dedicar alguna jornada más.
    El viernes 15 es la reunión en la que se ultiman los detalles y se deja todo zanjado para el día siguiente (se reparten camisetas, se sortean comisarios, se comenta el reglamento, etc), suele ser también un momento de reencuentro ya que muchos coincidimos en muy contadas ocasiones; siendo las competiciones una de ellas.
    La noche antes de la fatídica cita esta todo preparado, pilas cargadas, anotaciones listas, ruta posible a seguir, material revisado y la colaboración de Javier que me cedió su embarcación para el día de la prueba (Muchas gracias!!!). Todo estaba listo, teníamos marcadas algunas brótolas, muchas morenas y bastantes congrios, piedras de corvas, de sargos, un mero justo, zonas de esperas por donde se movían dentones, barracudas y listados, cantiles con bodiones de peso, lisas mezcladas con robalos de buen porte, salemas e incluso peces sapo……la cosa no pintaba mal.
    Son las 05:30 de la mañana y lo que en principio parecía un largo viaje ya llega a su fin, sobre las 07:00 llego al puerto de Roquetas de mar sede del evento. Me encuentro con mi amigo Miguel que me ayudará, junto con Jorge, en las funciones de barquero; montamos todos los “aperos de trabajo” en el barco y nos disponemos para la batalla.
    Salimos de Roquetas con una mar increíble, las condiciones habían mejorado mucho en los últimos días y todo hacía indicar que la clave estaría en tener marcado pescado a bastante profundidad (este no era mi caso….jijijiji).
    Todos los participantes navegamos tras la barca de la organización hasta aproximadamente el principio de la zona, una vez allí se dio la salida y todos volamos hasta nuestras primeras marcas…….la suerte estaba echada!!

    Primera marca, las corvas grandes no están……mal empezamos
    Segunda marca, consigo hacer dos pero ni por asomo del tamaño de las que marque días atrás.
    Tercera marca, nadie………………
    Cuarta marca, nadie!!!!!!!
    Quinta marca, un par de piezas……….uffffff!!!
    Sexta, séptima, octava, novena………………. Y así un largo etcétera de infortunios. Un pez que se desgarra, otro que no me da opción por un segundo, dentones, espetones y listados que no están por la labor, una sola morena de las más de veinte que tenía marcadas (encima no dio el peso), algún competidor que se adelanto a mi jugada y unas condiciones muy diferentes a cuando estuve mirando zona, dieron como resultado un campeonato muy alejado de mi objetivo.
    Tenía calculado poder hacer unas 20 piezas que al final fueron 17 y se terminaron quedando en 13, a este nivel no se puede fallar tanto o lo terminas pagando como así fue.
    De cualquier forma lo valoro como algo muy positivo, no llevo mucho tiempo compitiendo aunque ya no soy un novato y esta era mi primera participación en unas aguas un tanto diferentes a las mías. Quizás mi principal problema es que sigo cometiendo errores que a estas alturas no debería pero así es la vida, la mejor escuela es la de la práctica y mientras me queden ganas, fuerzas, apoyo e ilusión, seguiré en la brecha.
    La nota curiosa la puso el día siguiente en el que competíamos Miguel y yo por equipos. Salimos al agua sin mirar zona ni un solo día, con unas marcas cedidas por algunos amigos y el azar o la suerte quisieron jugar a nuestro favor.
    Tampoco logramos clasificarnos pero disfrutamos de un tramo final de infarto. A falta de 45 minutos para terminar la prueba decidimos ir a tierra para ver si encontrábamos algunas lisas, de camino nuestro barquero (Bartolo) ve algo en la sonda y nos dice que nos tiremos; al entrar al agua no podíamos creer lo que veíamos unas lajas repletas de sargos por las que también se movían algunas corvas. Por desgracia solo tuvimos tiempo de completar el cupo de sargos (10 ejemplares) y los dos congrios pero nos quedo un buen sabor de boca tras el día anterior. Al final 7º individual y 5º por equipos que, a pesar de no ser buenos resultados, pudo ser mucho peor.
    La mayor satisfacción, aunque suene a tópico, la he encontrado en Almería en sí, en su gente y sus aguas. Resulta difícil describir con palabras lo agradecido que estoy a todas esas personas que han hecho posible mi viaje, de todos ellos he aprendido algo y me voy con la alegría de saber que todavía queda gente buena en este mundo, que lo dan todo por nada, sin reproches, sin segundas, sin malas maneras y sin malas caras, a todos ellos……………… MUCHÍSIMAS GRACIAS!!!!!!!
    A los Joses (Padre e hijo) por ser dos grandísimas personas, a Jesús por ser un fuera de serie e irrepetible, a José Prieto por sus marcas, a Miguel por su apoyo y ayuda, a Bartolo por que sin él estábamos perdidos, a Javi por cederme su barco, a mi familia por ser los mejores y mis mayores fans, a todos los que me llamaron interesándose por mí, a todos y a cada uno de ellos y al resto de los que me ayudaron en algún momento……..UN MILLÓN DE GRACIAS!!!

martes, 5 de junio de 2012

Piezas y más piezas.....


    Muy buenas a todos.

    Aquí os dejo un nuevo relato de una de mis últimas salidas, espero que os guste
    Por otra parte me gustaría comentar que mañana mismo parto hacia Almería para preparar el Campeonato Regional, a mi regreso intentaré crear un pequeño cuaderno de bitácora  para compartir con todos vosotros las peripecias del viaje. Añadiremos fotos, relatos, descripción de las pruebas así como algún vídeo que espero poder conseguir (aunque no prometo nada).

     Un saludo a todos y gracias por seguirnos.

Piezas y más Piezas...

    Sería fácil pensar, tras leer el título, que la jornada de pesca fue tremendamente fructífera pero nada más lejos de la realidad (aunque siendo sincero tampoco me disgusto el balance final).
    Debido a lo limitado de mis medios me veo obligado a esperar las condiciones “perfectas” (poco viento, nada de mar de fondo, mareas cortas y con poco salto de coeficientes) si pretendo disfrutar de la comodidad que otorga una embarcación.
    Tras observar la evolución del tiempo daba la impresión que uno de esos preciados días se acercaba. El principal problema es lo rápido que pueden variar las condiciones por lo que no podía permitirme el lujo de dejarlo escapar.
    A la mañana siguiente y a una hora correcta mi barquita surca los mares en dirección a mi destino.  Durante el trayecto es inevitable distraerse con los grupos de gaviotas que se alimentan con los frutos que el mar les regala, es el tiempo del desove de la sepia (choco) y muchas de ellas salen a flote como consecuencia del esfuerzo que supone la puesta, otras son víctimas del cortejo mientras que otras son arrojadas al mar por los pescadores profesionales cuando vuelven a puerto, momento que aprovechan para limpiar sus redes dejando tras de sí una muestra de la “sostenibilidad” de su actividad.
    Al fin, y después de una interesante navegación, llegamos al lugar escogido. Lo primero que pude ver es que la corriente aun dominaba la zona haciéndome entender que, al menos de momento, no me lo pondría nada fácil; decido cambiar de estrategia mientras se “relaja” un poco y me permite revisar mis cotos de pesca.
    En el nuevo itinerario la cosa está mucho más tranquila y esto asegura una ausencia, casi total, de peces. Los primeros acechos me lo confirman…..no se mueve ni una cola!! Tras una veintena de bajadas el panorama es desolador así que empiezo a nadar hacia otra zona con la esperanza de ver algo, al llegar realizo una espera muy escondido y mi perseverancia da su fruto convertida en un banco de seis barracudas de buen porte; apunto a la más grande y disparo paralizándola en un primer instante, acto seguido realiza una arrancada brutal contra las piedras consiguiendo deshacerse de la varilla. La cosa no empezaba muy bien y el primer tiro, a una barracuda de unos 6 kilos, se saldaba con su pérdida pero acabábamos de empezar así que habría que tener paciencia.
    Nuevo cambio de zona en busca de marcas más interesantes, la corriente es más suave……. ahora sí que comienza la pesca. Reviso las cuevas más interesantes, sin resultado, pero al salir de la última grieta veo a mi espalda una buena dorada; no parece estar nerviosa así que espero a que su trayectoria la haga desaparecer tras una gran piedra, en ese momento inicio el acecho con la esperanza de encontrarla al otro lado. Al asomarme…..ahí está!!! Todavía me separan demasiados metros pero creo que podré acercarme lo suficiente, avanzo con la mano libre sin aletear pero la dorada no tiene muy claro si aguantar o salir nadando; por fin parece que se detiene a comer sobre la piedra, momento que aprovecho para impulsarme con fuerza y reducir al máximo la distancia de tiro pero justo en ese instante, por mi izquierda, aparece un dentón de unos 5 kilos.                                              
Desvío mi atención e intento variar la posición del fusil…….craso error, el dentón huye y la dorada, que se ha percatado de todo, hace lo propio. Unas cuantas esperas más me dejan ver algún que otro dentón que no se aproxima a mi zona de tiro, cosas de la pesca.
Vamos a por otra piedra antes de que la corriente vuelva hacer acto de presencia, en esta ocasión se trata de una losas en las que alguna vez he encontrado doradas y para aprovechar monto la cámara en el fusil; me asomo pero parece que no hay nada, espero unos segundos y como por arte de magia una buena dorada, de unos 3 kilos, sale por mi derecha. Está nerviosa y no aguantará mucho en la piedra así que debo ser rápido pero me he equivocado al encarar la cueva, la cámara junto con un poco de corriente impiden su captura dejándome como recuerdo el vídeo de una buena dorada saliendo de la piedra delante de mis narices………vaya día!!!!
    Me olvido de grabar y me pongo a revisar a conciencia toda la zona, en una piedra veo un gran salmonete al que no disparo pero algo me dice que puede esconder más; vuelvo a bajar y ….sorpresa!! Otra buena dorada me mira desde el fondo de la cueva, esta vez no hay opción de fallos y un tiro certero deja al pez totalmente inerte.
La cosa mejora pero todavía tengo un mal sabor de boca y volvemos a saltar, en ese momento recuerdo unas grietas que también podrían esconder alguna pieza; no están muy lejos así que a por ellas. Al llegar reviso la gran mayoría pero no hay suerte, la corriente empieza a apretar y decido seguir derivando para ver que encuentro. Al momento paso por encima de una cornisa que me atrae de una forma alarmante, mi instinto no me engaña y un acercamiento, algo forzado por culpa de la corriente, pone en alerta a varios sargos que, a su vez, asustan a un grupo de borriquetes que descansaban en la sombra junto con una gran urta que no duda en salir en estampida……un segundo más y…… vaya día!!!!!!
    Parece que la suerte no está de mi lado y aun tengo tiempo para “perder” varias doradas más de buen porte por cuestión de centímetros así como un buen dentón que se salva gracias a un pico de piedra que me obliga a desplazarme, para terminar encontrándonos el uno frente al otro sin posibilidad de disparar debido a la proximidad entre ambos.
    Aunque una de mis virtudes (o eso creo) es la perseverancia y como todavía quedaba luz, seguí peleando. Son las 20:40, el día toca a su fin pero no debemos olvidar que estamos dentro de la hora mágica y aunque las circunstancias no estén acompañando, no voy a desistir (pensé). Última marca………lo analizo todo y tomo la decisión, se trata de un corto pasillo que atraviesa una pared de piedra que está situada cerca de una zona de cascajo. En una ocasión conseguí capturar un mero y no es raro el encuentro con grandes dentones, el ritual es siempre el mismo. Primero una buena ventilación, segundo una caída perfecta para evitar asustar a las posibles presas al tiempo que despertamos su curiosidad y por último una entrada suave para colocarnos totalmente ocultos a la vista del pez. Ya había cumplido con los dos primeros requisitos cuando me disponía a esconderme dentro de la grita pero al entrar observo que en el techo hay un grupo de peces que rodean a un gran ejemplar, no lo podía creer, era una urta descansando tras una tarde entera dándose un festín en el cascajo; me aproximo un poco y aseguro un buen tiro que deja al pez muy tocado. Subo y pido otro fusil para rematarla ya que aunque herida de muerte, aun estaba viva y una urta de ese tamaño vale más asegurarla.





    Ahora sí que estaba contento aunque la jornada no terminaba ahí………..aprovechando que cerca del pasillo había una piedra interesante, volví a pedir otro fusil y me dispuse a revisarla. Estaba ventilando cuando pude ver con el rabillo del ojo la silueta de un gran pez que se acercaba sin el más mínimo temor, se trataba de un gran atún de más de 200 kilos. Disfruté unos segundos observando la impresionante envergadura de este viajero del azul, mientras su mirada me hacía entender lo insignificantes que podemos llegar a sentirnos cuando nos empeñamos en evolucionar en un medio que no es el nuestro; ahora sí el día de pesca había terminado pero……vaya día!!!!!!!


David Fernández Montero




miércoles, 16 de mayo de 2012

Primer corto: Pesca de Invierno


Muy buenas a todos.

   Aquí os dejamos el primero de una serie de cortos que iremos colgando paulatinamente, estos están compuestos por vídeos que hemos descartado para la creación de “Instinto II”.
   Hace poco tiempo que he empezado a grabar por lo que las primeras capturas corresponderán a la pesca de invierno y, como no podía ser de otra forma,  están realizadas en poca profundidad.


Un saludo y gracias por visitarnos.





jueves, 10 de mayo de 2012

Una pared inusual


    Hacía ya bastante tiempo que andaba detrás de un pez limón de gran porte pero las circunstancias (el motor de la embarcación asustó un gran ejemplar cuando casi lo tenía a tiro), el material (después de no pocas esperas con el fusil de 110 cm cogí el 75 para revisar unas grietas en las que se movía algo de pescado, al iniciar el descenso se abrió ante mí un banco de sardinas y justo detrás apareció un limón de unos 25 kilos; le ajusté un buen tiro en la cabeza pero la falta de potencia, sumada a mi inexperiencia, hicieron el resto) y el azar (tras acechar un banco de salmonetes y escoger el más grande, disparé; acto seguido oí sonido seco que no provenía de los salmonetes. Al girar la cabeza pude ver un gran pez limón que nadaba de forma curiosa a mi alrededor,  mientras describía círculos de menor diámetro cada vez; ya podéis imaginar mi cara mientras subía a superficie con el salmonete en la varilla)  se habían puesto de acuerdo para impedirlo.
    Tras algunos encuentros más y la captura de algunas piezas (máximo 13 kilos), empezaba a desesperar ante la posibilidad de no ser capaz de cumplir uno de mis sueños……pero algo estaba a punto de cambiar.
Después de unos cuantos días de fuerte levante azotando nuestras costas (algo por otra parte bastante habitual), Eolo nos daba una tregua. Estos días no se pueden desaprovechar y sin perder tiempo planeé la salida pertinente.
    La zona escogida era de mis favoritas para capturar dentones y la época inmejorable así que no había nada más que pensar, ellos serían el objetivo del día.
Las impresiones al llegar a la zona de pesca eran bastante buenas, agua relativamente clara, temperatura rondando los 21 grados y la termoclina situada en unos 13 metros de profundidad (la diferencia entre las dos masas de agua sería de unos 4 grados aproximadamente). Todo hacía presagiar que la salida sería fructífera pero nada me podía hacer sospechar hasta que punto.
    A eso de las cuatro de la tarde ya había visitado muchas de mis marcas de dentones (solo las que estaban dentro del agua caliente, descartando las otras) pero los resultados no estaban siendo los deseados.             Conseguí capturar varios ejemplares de talla media (siendo el mayor de 3.5 kilos) aunque no encontraba los grandes, esos que, durante un instante, te paran el corazón y consiguen que te relajes para concentrarte en  su captura. Fue entonces cuando recordé unas piedras que encontré al final del verano pasado y que se encontraban en unos 12 metros, tenía la esperanza de que la termoclina siguiera en ese fondo y de esa forma poder, al menos, divisar un gran ejemplar.
    Al llegar al punto en cuestión pude ver como la sonda marcaba vida repartida en distintas zonas y de forma muy concentrada, la cosa empezaba bien.
    Primer descenso, mi presentimiento no falla, hacen acto de presencia un gran banco de dentones de aproximadamente 30 ejemplares. Los hay de tamaños muy variados pero unos cuantos “jefes” destacan por encima del resto (estaban entre los 8 y 10 kilos aprox.).
    Mi puesto no es bueno, estoy en mitad de un llano intentando pasar desapercibido pero estos son perros viejos y saben lo que se hacen. Segunda bajada en busca de un lugar donde esconderme, planeo y termino refugiándome en una visera de escasa altura; tampoco sirve para poner a tiro a los más grandes. Tras perdonar a varios ejemplares que se pasean delante de mi fusil, desisto y subo a tomar aire.
    Estaba claro que si quería capturar uno de los grandes tendría que buscar un buen escondite así que me puse manos a la obra. Tercera bajada……..esta vez localizo el lugar perfecto.
     La corriente  ha creado unas especies de chimeneas a lo largo de una dorsal o más bien a perforado el cantil como si de un queso gruyer se tratase, escojo el que a mi parecer es el más adecuado y comienzo la espera. No pasan muchos segundos cuando de pronto me veo rodeado por una enorme “pared de salemas”, nunca había visto algo así, era totalmente espectacular; mirase hacia donde mirase no había ni un solo hueco, ni un espacio entre ellas. Pensé que podría tratarse de una estrategia para desconcertar a posibles depredadores y tras ver el banco de dentones de las dos bajadas anteriores, lo asocié a ellos.
    Aunque después de muchos segundos aquel espectacular desfile parecía interminable, entonces empecé  a pensar que quizás no tendría nada que ver con los dentones ya que las salemas eran muchísimas y de buen porte así que, puede, que solo fuese una migración o un cardumen en época de reproducción; de lo único que estaba seguro, es que esa pared me ayudaría a capturar a uno de los “jefes” del banco.
    Una tercera mirada hacia atrás me dejo entrever que la pantalla de salemas llegaba a su fin, me relajé con la esperanza de encontrar a los dentones ante mí, pues, al cubrirme las salemas, habrían despertado su curiosidad al máximo  logrando de esa forma ponerlos a tiro.
    Cual fue mi sorpresa o más bien mi decepción, al ver que después de las salemas no estaban mis ansiados dentones. No entendía muy bien que estaba pasando hasta que, nuevamente, la curiosidad me hizo mirar hacia atrás una última vez…….no podía creer lo que veía, un enorme ojo me observaba mientras su silueta tapaba a otros ejemplares de su misma especie; mi ansiada pieza se encontraba una vez más ante mi máscara y en este caso de forma literal. Tuve que esperar unos segundos para que el animal me sobrepasara y así evitar que el naylon se frenara en las gomas anulando la función del carrete; un buen tiro en la columna junto con la tensión correcta en el cabo hicieron el resto. La escena y su majestuosidad fueron algo espectacular, grabándose a fuego en mi retina.
    Por seguridad y tratándose de un pez de cierto tamaño, preferí doblar el tiro apagándolo por completo aunque una vez en la bañera del barco, con un pequeño espasmo de su cuerpo, lanzo por la borda el sacavarillas dejando claro la potencia que poseen capturas de este calibre incluso estando heridas de muerte.
    Por fin había conseguido uno de mis sueños, tras numerosas tentativas fallidas y cuando menos lo esperaba, “saltó la liebre”.

    Espero que el relato les haya gustado tanto como a mí la captura del que, hasta la fecha, es mi mayor pez limón. También quiero resaltar que cada pescador es conocedor de sus posibilidades y debe ser consciente de ello; nunca, bajo ningún concepto, debemos arriesgar nuestras vidas en lo más mínimo. Tan solo he narrado la captura de una hermosa pieza pero jamás he pretendido empujar a nadie a cometer temeridades o a sobrepasar sus propios límites.

    La captura la realicé con un fusil de 90 cm que suele ser mi fusil titular, el peso del pez limón fue de 34 kilos aunque su longitud no corresponde con su peso ya que tenía el estomago totalmente vacío (lo que explica el temor del banco de salemas).


Un saludo y buen azul.

viernes, 30 de marzo de 2012

Bienvenid@s

    En primer lugar me gustaría agradecer la visita, deseando al mismo tiempo que sea de vuestro agrado. No resulta sencillo encontrar las palabras adecuadas para lograr despertar la curiosidad del lector pero haré todo lo posible e intentaré, no solo haceros participes de mis “aventuras”, sino que poco a poco creemos un vínculo que os “obligue”, de alguna forma, a volver a este, nuestro espacio.

    Aquí encontraréis información relacionada con la pesca submarina (fotos, videos, artículos de interés, curiosidades, etc); también añadiré las experiencias vividas dentro de la competición así como sus resultados y los pasos que habré seguido en cada momento. De esta forma puede que la información aportada sea de utilidad para algunas personas, que se inician en este apasionante deporte, sirviendo a otras para asesorarme o aconsejarme ante mis futuras salidas.

    Por desgracia practicamos una modalidad deportiva que no goza de la aprobación de determinados sectores, siendo por otra parte totalmente desconocida para una gran mayoría. En cierta forma los únicos culpables de esto somos los propios pescadores ya que no nos acercamos a ese público, dando lugar a la especulación y a los comentarios realizados desde el desconocimiento más absoluto; es por eso que pienso que iniciativas de este tipo pueden favorecernos de cara a esa desinformación.

    Desde mi humilde experiencia intentaré aportar mi granito de arena para que, poco a poco, logremos derribar esas barreras que hacen de nuestro deporte un completo desconocido, dejando de esa forma sin argumentos a aquellos que nos acusan y persiguen injustamente.

    Espero y deseo que todo aquel que nos siga, no solo se limite a ojear la información que aquí compartimos sino que sea algo recíproco y que podamos aprender los unos de los otros.

   Sin más me despido quedando abierto a cualquier sugerencia o duda que os surja y que tengáis a bien compartir.


Un saludo y nuevamente gracias.     


David Fernández Montero.